Un texicano perdido en el corte inglés y el bardo gafapasta

Lo que puede llegar a cambiar un concierto según la ubicación que ocupes... no se trata de las disertaciones típicas sobre grada o pista... se trata de algo más...

Serían las 5 de la tarde cuando nuestro amigo Will (Johnson) - ese tipo de Centromatic, South San Gabriel... ese tipo que es capaz de tocar tres veces, con tres grupos diferentes, en la misma jornada del primavera sound... - iniciaba una expedición por el corte inglés... al mismo tiempo... en otro lugar... Micah y su novia tenían la discusión número siete desde que dejaron Austin para iniciar su gira europea...

(continuará...)

Micah se encendía su cigarro número siete (el periodo de tiempo es el que permite fumar siete cigarros de forma compulsiva) mientras Will lograba salir del edificio para meterse en la sección de deportes a la que no quería entrar... buscaba la salida o al menos una cara conocida (un logo de Mcdonalds puede aliviar bastante un corazón estresado si éste es del sur de los usa...)...

Ella había decidido embarcarse... no había decidido si le gustaba algo de Micah o sólo era su voz, la fama y el cierto malditismo que le rodea... y claro, gastos pagados en Europa durante veinte días. A cambio mantenía la reserva de tabaco de todos siempre llena, igual que su pitillera. Y Micah mantenía su cara de bobo solemne, su media sonrisa y su equilibrio inestable y estupefaciente.

J y yo asaltábamos un PC City para comprar tecnología, nos tomábamos dos vinos de rueda y un par de canapés-tostas exquisitos y caros. Hay nivel.

foto de Will...



(continuará)

Porqué no me gustan la publicidad?
“Se vende vida”. El titular podría indicar que alguien pone a la venta algún tipo de elixir de juventud, o que está dispuesto a entregar a alguien a cambio de dinero, pero no van por ahí los tiros. Se trata de vender la identidad, el nombre, las relaciones, el trabajo incluso. El australiano Nicael Holt ha conseguido vender la suya por 5.800 dólares (algo más de 4.400 euros) en una conocida casa de subastas de Internet.

A principios de este mes, Holt, de 24 años, colgó su anuncio en la conocida web de subastas Ebay, con el anuncio “New life for sale!” (“Nueva vida en venta”). Holt incluía en el posible trato la venta de su nombre, su número de teléfono y todas sus pertenencias. El precio de salida era de 3,90 dólares. La subasta se cerró ayer al precio de 7.500 dólares australianos (5.800 dólares americanos). El comprador se hace llamar "ridderstrade".
Por ese precio, Holt, que está dispuesto a seguir adelante con el trato si ridderstrade paga en metálico, ofrece no sólo su nombre o pertenencias, sino todo lo necesario para que el comprador se convierta en el propio Holt. Así, le presentará a todos sus amigos y “amantes potenciales”, aclarando que son “unas ocho chicas con las que he estado flirteando”. También vende una antigua relación con una ex novia. Como todo esto no podría hacerse sin cierta formación, ofrece un curso de cuatro semanas para aprender a ser Nicael Holt. El curso incluye clases de surf, para aprender a hacer el pino y a hacer malabares con fuego.
El comprador que adquiera la personalidad de Holt podrá también contar con la posibilidad de acceder a un “trabajo itinerante repartiendo fruta a partir de marzo” y a un repertorio de seis chistes.
Holt, estudiante de Filosofía del estado de Nueva Gales del Sur, declaró ayer que está dispuesto a cumplir su parte del trato y a hacerlo por escrito, si es que alguno de las cinco pujas más elevadas se revela auténtica. “Si alguna de ellas es real, lo haré seguro y por escrito, porque creo que puede ser realmente interesante”, dijo ayer a la televisión Australian Broadcastin Corporation. “Pero si las siguientes cinco pujas no son serias, creo que debería dejarlo”.
Ebay no ha hecho comentarios sobre la extraña subasta colgada en su espacio, pero ha permitido en todo momento que siga su curso.

Hablando de pujas... un minuto de silencio por mi casi excurro...

(continuará...)

Nos acercamos a moby dick... pillamos la entrada y nos colamos sin guardar la cola correspondiente (era ridículo, hacedme caso...). Conclusión: primera fila, junto a los camerinos... tras un cordón de seguridad un tanto absurdo:

J y su bolsa mágica se ocupan de que yo esté lo más cómodo posible... y aparece Will... al más puro estilo jomles... gorra, sin afeitar, dos cervezas que coloca estratégicamente sobre el ampli y las mueve de un sitio a otro durante las tres primeras canciones...

Este tipo tiene más tablas que (a ver... chiste fácil... que el padre de Jesucristo... que una tienda de artículos de surf...)

Con su guitarra, su boca torcida y el pedal ese de grabar ruidillo para repetirlo continuamente me dejó más que satisfecho. Ya estoy bajando cosas de Centromatic (por algo hay que empezar)... Pd del párrafo: ya estoy adeseleado again!

(continuará...)

Y finalmente aparece Micah... con su equilibrio inestable y su profunda voz... fumando y fumando... un crío con leyenda a sus espaldas... y con una novia a nuestro lado a la que, de forma compulsiva, no quita ojo (otros dirán que tenía mucho desparpajo mirando al público a los ojos)... acompañado por un tímido músico que le cubrió perfectamente esa leyenda con su banjo, su slide, su batería...

Ya nos veréis en el DVD... somos los que aparecemos en primer plano al lado de la rubia yanqui del escote generoso...

Estuvo muchísimo tiempo en el escenario... parlanchín, divertido, inestable. Es definitivo. Hizo un repaso a casi todo su repertorio a base de canciones desnudas, de ramalazos redneck y descargas punk que me hicieron olvidar la hora y perder cualquier metro... Este tipo ya es imprescindible.

Cuando has escuchado mucha música es complicado recibir sorpresas... la de este tipo ha sido una de las bofetadas más hermosas que me han dado en los últimos tiempos. Desde la portada de sus discos hasta su reloj de bolsillo.

La suerte: que le he visto en un escenario mínimo y en una sala acogedora... lástima que sea casi imposible que eso vuelva a suceder.

Estoy demasiado lejos en el tiempo como para dar detalles de lo que allí ocurrió... pero la sensación de ese día completo todavía la tengo. Y creo que J también. Otro vinito de rueda, niño?