llueve...
Los aviones se retrasan en Asturias y me libran, de momento, de una reunión soporífera... para poder meterme en otra.
Un inglés me invita a chocolate con churros.
La montaña de papeles de este caos de mesa (Diógenes Rules) me saluda.
Mr. McPhystol se ha dejado esta noche la puerta abierta y he salido a dar un paseo...
Suena el teléfono... ya...
Un tipo me come la oreja. Todos las mismas frases. Mis respuestas invariables. Me hace decir que "le veo en positivo"... tiene implicaciones legales? A veces miento más que hablo.
Llueve, llueve y llueve.
Vámonos ahora mismo a la cama. Quiero hacer sombras chinescas con nuestros cuerpos... y comerte la oreja... que me digas que me ves en positivo... y tú no mientes más que hablas.
Que llueva fuera y verlo mientras te robo el cigarro de las manos. Que llueva y que llueva.
Que se inunde esta oficina... y que me entere por la radio mientras te muerdo la tripa.
Y mañana desayunar Moët & Chandon... beber de tu boca. Rererereremorderte la tripa.
Hacerte mil fotos y apretar mi nariz contra tu espalda...
Y mirar el reloj y que sea octubre ya... y que esté lloviendo todavía y nos tengamos que quedar en la cama otros seis años, cuatro meses y veintidos días...
Y verte siempre así... borrosa porque me quité las gafas... porque me las quito cuando llueve... porque me las quito cuando me voy a la cama.
Y que al despertar me recibas sacándome la lengua...
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